El Reto


Golpes en la pared, muelles chirriantes, aullidos de luna llena.
El recital de sexo y pasión era muy repetitivo,repetitivo, repetitivo…
El sonido de las notas emitidas por aquella mujer parecía inhumano.
Cada alarido desgarraba su garganta. 
Placer.Era la viva voz del placer.
Quizá exagerada o más bien envidiada por los oídos que la percibían.
Agotando al máximo sus energías, 
el culmen llegó con un suspiro prolongado. 
Después, se hizo el silencio.
Sólo unos jadeos a penas perceptibles eran la prueba de la bacanal acontecida.

Alicia con camisón de raso blanco. 
Carlos en calzoncillos sin camiseta.
Abrazados sin mediar palabra, asimilaban la salvaje sinfonía
que acababa de retumbar a su alrededor.

Carlos, con esa sonrisa picarona que le caracterizaba, 
se incorporó ligeramente para clavar sus ojos en las pupilas dilatadas
de Alicia y preguntó:

-¿Qué?¿les demostramos cómo se hace?

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