UN DÍA CUALQUIERA




Alicia había tenido un sueño de los que al despertar,
todo se ve de otro color y eso, para una daltónica, resulta una paradoja.
Se siente como su tocaya en el "País de las Maravillas".
Coge su cuaderno de notas y comienza a escribir:



Soñé con un día en el qué amaneció de noche
y anocheció de día.
Un día, donde las horas se negaban a obedecer las órdenes

de los relojes sintiéndose dueñas del tiempo.
Un día, donde la lluvia era de colores y
las calles brillaban vestidas de luz.
Un día cualquiera, de una semana cualquiera, 

de una vida cualquiera.
La fuerza de una sonrisa, el sabor de un beso y

la suavidad de una caricia, fueron los culpables.
Los ojos de la joven niña se transformaron en
calidoscopios que, al pestañear, 
modificaban las imágenes a su antojo.
Había creado un mundo a su medida, todo porque HOY, 
un día cualquiera, ella quiso ver por sí misma.

1 comentario: