Se siente como su tocaya en el "País de las Maravillas".
Coge su cuaderno de notas y comienza a escribir:
Soñé con un día en el qué amaneció de noche
y anocheció de día.
Un día, donde las horas se negaban a obedecer las órdenes
de los relojes sintiéndose dueñas del tiempo.
Un día, donde la lluvia era de colores y
las calles brillaban vestidas de luz.
Un día cualquiera, de una semana cualquiera,
de una vida cualquiera.
La fuerza de una sonrisa, el sabor de un beso y
la suavidad de una caricia, fueron los culpables.
Los ojos de la joven niña se transformaron en
calidoscopios que, al pestañear,
modificaban las imágenes a su antojo.
Había creado un mundo a su medida, todo porque HOY,
un día cualquiera, ella quiso ver por sí misma.
un día cualquiera, ella quiso ver por sí misma.
¡¡¡MÁSSSSS POR FAVOOOOOOOORRRR!!!
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